El personal de enfermería y de salud en general que se desempeña en la línea del frente contra la COVID-19 merece reconocimiento y felicitaciones por su labor vital, así como por el sacrificio que conlleva la exposición a un riesgo médico elevado, además de, en algunos lugares, la discriminación, el acoso y los ataques que recibe.
El Consejo Internacional de Enfermeras y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja celebran juntos el Día Internacional de la Enfermería el 12 de mayo. El objetivo es reconocer al personal de enfermería de todo el mundo, en particular, a quienes afrontan un volumen de trabajo sin precedentes en la atención de casos de COVID-19, sin dejar de lado otros servicios sanitarios esenciales.
Si bien, en muchas comunidades, la labor de los profesionales sanitarios es muy agradecida, hay lugares en los que se han registrado casos alarmantes de acoso y violencia contra personal de enfermería y otros profesionales de la salud por su participación en la respuesta a la COVID-19, incluso en medios de transporte público y en los propios hogares de estos/as trabajadores/as.
"Los/as enfermeros/as son personas que salvan vidas en todo el mundo. Ponen en riesgo su propia salud y, muy a menudo, sacrifican tiempo con su familia para ayudar a quienes sufren de COVID-19", expresó Robert Mardini, director general del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). "Es esperanzador ver que tantas comunidades felicitan y agradecen a sus enfermeros/as, pero, a la vez, es inquietante que muchos/as sean objeto de acoso, estigmatización o, incluso, ataques."
"La seguridad del personal de salud durante esta pandemia es fundamental para que las comunidades puedan superar la enfermedad. Los/as trabajadores/as de la salud no solo salvan vidas en medio de la COVID-19, sino que también preservan la continuidad de los servicios sanitarios vitales para proteger a las personas de accidentes y de otras enfermedades", explicó Jagan Chapagain, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. "Nos preocupa la presión extrema que esta pandemia ejerce sobre el personal médico y los sistemas de salud, sobre todo en contextos vulnerables y frágiles."
"La estigmatización y la violencia contra el personal de enfermería y de salud en general, en algunos países, es escandalosa; la única respuesta es tolerancia cero", indicó la presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, Annette Kennedy. "Gracias a la pandemia, hoy se reconoce como heroica la labor realizada por a los/as enfermeros/as que trabajan en la línea del frente, pero estas personas también son padres y madres como los demás, y tienen familias a las que proteger. Merecen poder trabajar sin miedo, provocado por falta de equipos de protección personal o por situaciones de acoso o ataques."
El personal de enfermería que atiende a comunidades vulnerables en las zonas más pobres del mundo también corre un riesgo particular ante la COVID-19. De hecho, hoy vemos en la designación, por parte de la Asamblea Mundial de la Salud, del año 2020 como el Año del Personal de Enfermería y de Partería un acto de agradecimiento anticipado, tal como comentó Kennedy.
Los equipos de protección personal o EPP son fundamentales para proteger la salud del personal sanitario, que debe tener prioridad en su obtención. Por otra parte, existe una necesidad urgente de procurar que esos equipos y otros insumos médicos estén disponibles y sean accesibles en países de bajos recursos y en los que se libran conflictos armados, por medio de la aplicación de medidas nacionales y la cooperación intergubernamental.
En los países más castigados por la pandemia, donde los sistemas sanitarios funcionan relativamente bien, cerca del diez por ciento de los trabajadores de la salud se han contagiado COVID-19, una proporción enorme que quizá sea más elevada aún. Este porcentaje podría ser mucho más alto en lugares donde los sistemas de salud están golpeados por conflictos armados o sufren de una falta de inversión prolongada.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, junto con el Consejo Internacional de Enfermeras, solicitan a los Gobiernos que se comprometan a proteger al personal de enfermería y de salud en general, sobre todo en entornos de bajos recursos, donde se han producido desastres o donde se libran conflictos armados. La única manera de preservar la salud y la seguridad del personal de salud es ejecutar una respuesta médica competente, colectiva y mundial en esta época de COVID-19.
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