Autor: Yuliya Mayorova
A lo largo de los últimos tres años, las enfermeras del Hospital Psiquiátrico Clínico Regional de Omsk han analizado el problema de las fracturas detectando 75 pacientes afectados por distintos tipos de fracturas. La mayoría de ellos formaban parte del grupo de pacientes más mayores, entre 75 y 85 años. Las fracturas de caderas han representado el 51% de los traumatismos y las de las extremidades superiores el 30%. De todas las fracturas registradas en personas mayores, el 40,5% se ha detectado en dos unidades gerontológicas y el 59,5% restante en 17 unidades de salud mental. Con arreglo a estos datos, las enfermeras han desarrollado e implantado un programa preventivo para reducir los traumatismos en los pacientes con trastornos mentales y osteoporosis en los hospitales.
En el proyecto han participado pacientes ingresados en 19 unidades del hospital de salud mental, en particular en dos unidades gerontológicas. Las enfermeras han estudiado sus historias clínicas teniendo en cuenta tanto sus trastornos actuales como su historial de traumatismos y, más concretamente, sus fracturas óseas centrándose en las causas, los mecanismos y los resultados de los tratamientos.
El estudio ha mostrado la necesidad fundamental de diseñar e implantar actividades complejas para prevenir las fracturas en los pacientes mayores como por ejemplo establecer un entorno hospitalario seguro, reducir los factores de riesgo externos, formar al personal en materia de prevención de caídas, educar a los pacientes en relación con comportamientos seguros y actividad física con arreglo a su estado mental y cognitivo.
Las enfermeras han alcanzado la conclusión de que se debe observar a todos los pacientes y tener en cuenta su terapia médica a causa del potencial incremento de los riesgos derivados de la medicación. Además, los pacientes deben llevar ropa y calzado cómodos, recibir ayuda para acostarse y levantarse, ser acompañados dentro del hospital en caso necesario y recibir asistencia durante las comidas, así como para asearse.
La prevención de traumatismos también requiere un entorno hospitalario seguro, en particular buena iluminación y suelos seguros. Las enfermeras en plantilla reciben formación sobre cómo prestar cuidados en estas situaciones porque los pacientes han de ser hospitalizados en la primera hora de la caída puesto que una inmovilización apropiada y oportuna ofrece buenos resultados de tratamiento en el 90% de los casos. También se enseña a los pacientes a mantenerse seguros y prevenir las caídas; y sus familiares reciben asesoramiento profesional sobre entornos domésticos seguros.
Las caídas de pacientes no son únicamente un problema de la enfermería, pero el papel clave de prevención en los pacientes pertenecientes a los grupos de alto riesgo sin duda corresponde a las enfermeras.