La nueva Junta Directiva del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha publicado una declaración sobre las vacunas contra la COVID-19 poniendo de relieve la responsabilidad profesional que tienen las enfermeras de vacunarse, así como la desigualdad continuada y lamentable en relación con el acceso a las vacunas y la necesidad de que las enfermeras estén protegidas frente a cualquier daño.
En esta nueva declaración sobre las vacunas, el CIE ha afirmado que cree en la seguridad y eficacia de la vacunación contra la COVID-19 y está convencido de que las enfermeras juegan un papel fundamental de cara a potenciar la confianza de los ciudadanos en las vacunas y animarles a vacunarse. Asimismo, apela a la responsabilidad profesional de las enfermeras de seguir las medidas de salud pública, en particular vacunarse para protegerse a sí mismas y a los ciudadanos a los que atienden y los sistemas de salud en los que trabajan.
La declaración también insta a los gobiernos a hacer más para garantizar la equidad vacunal en todo el mundo, en particular para las poblaciones vulnerables y las enfermeras y otras personas que les prestan cuidados, y pide una mejor protección de las enfermeras frente a los abusos y la violencia que han sufrido en el ejercicio de sus funciones de educación para la salud y la administración de las vacunas.
La Presidenta del CIE, la Dra. Pamela Cipriano, ha declarado: "Las enfermeras han sido votadas constantemente como los profesionales de mayor confianza en el planeta y desempeñan un papel fundamental ofreciendo asesoramiento de salud actualizado y basado en la evidencia a sus pacientes y a las comunidades a las que atienden. Son grandes referentes y el asesoramiento positivo que proporcionan sobre las vacunas contra la COVID-19 únicamente puede ser eficaz si ellas mismas se benefician de la protección que ofrecen las vacunas".
Desde el comienzo de la pandemia, el CIE lleva instando constantemente a dar prioridad a la vacunación de los trabajadores sanitarios y denunciando el impacto desproporcionado de la pandemia en las poblaciones más vulnerables, además de estar profundamente preocupado por la lentitud en la distribución de las vacunas, especialmente en África.
El Director General del CIE Howard Catton ha declarado: “El Progreso en la vacunación en África sigue siendo dolorosamente lento puesto que aún hay un 85% de la población a la espera de recibir una dosis de la vacuna y menos de la mitad de los trabajadores sanitarios han recibido la pauta completa. También es alarmante que solo un 0,1% del total de la población africana ha recibido dosis de refuerzo. Es una crisis moral, de salud y de derechos y estamos pidiendo a los gobiernos que actúen de forma inmediata y sostenida para garantizar un acceso equitativo global a las vacunas para las personas de todas las naciones. Para ello, los países tendrán que compartir mucho más sus vacunas y las empresas tendrán que conceder exenciones sobre sus patentes para maximizar la eficiencia de la financiación y el apoyo a la fabricación, distribución y administración de las vacunas.
No debemos caer en la trampa de pensar que el fin de la pandemia está a la vista. No debe haber ninguna falsa sensación de seguridad porque las naciones individualmente no podrán impulsar al mundo fuera de la pandemia".
En una reunión de la Asamblea Mundial de la Salud celebrada recientemente, el Dr. Tedros ha afirmado que 34 Estados miembros de la OMS, la mayoría de ellos en las regiones de África y el Mediterráneo Oriental, aún no han podido vacunar ni siquiera al 10% de su población, y que el 85% de la población en África todavía está pendiente de recibir la primera dosis. El CIE está preocupado porque todo ello suponga que el objetivo de la OMS de tener al 70% de la población mundial completamente vacunada para mediados de 2022 sea extremamente improbable que se cumpla.
La injusticia salta a la vista en los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que apuntan a que casi el 68% de la población en los países de renta alta ha recibido al menos una dosis de la vacuna mientras que en los de renta baja el porcentaje es inferior al 12%.
En relación con los abusos a los que se han enfrentado las enfermeras durante la pandemia, la Dra. Cipriano ha declarado que tanto ella como sus colegas de Junta están extremamente preocupados porque muchos de los casos están relacionados con información incorrecta y confusa sobre la vacuna. "Las enfermeras se han enfrentado a abusos e incluso agresiones físicas durante la pandemia y el entorno tóxico alrededor de la vacunación en algunas situaciones les ha generado un riesgo incluso mayor. Todos sabemos que la enfermería puede ser una profesión llena de retos, pero tener que lidiar con situaciones de violencia y agresiones, además de con los rigores del trabajo, es totalmente inaceptable. El coste físico y mental de la pandemia para las enfermeras es aún mayor cuando se difunden mentiras irresponsables sobre las vacunas y hay personas que descargan sus miedos y su rabia contra las mismísimas personas que están ahí para ayudarles. Hay que detener la violencia y los abusos, y depende de los gobiernos asegurarse de que las enfermeras están protegidas y a salvo".
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