"Siempre que se produce un golpe militar, las enfermeras y otros trabajadores sanitarios se ven sometidos a una presión intensa no solo por las exigencias de tratar a los enfermos y los heridos, sino también por el aumento de los incidentes violentos que ponen en peligro su propia salud y bienestar.
El golpe de Myanmar ocurrido el 1 de febrero de 2021 no ha sido una excepción. Los informes elaborados por importantes organizaciones no gubernamentales dejan claro que se han producido amenazas, intimidación y violencia contra los trabajadores sanitarios en esta situación en el país.
El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha enviado mensajes de apoyo a las enfermeras de Myanmar junto con nuestras más de 130 Asociaciones Nacionales de Enfermeras.
El CIE está muy preocupado por la violencia dirigida y deliberada contra los trabajadores sanitarios y sus devastadoras consecuencias para la salud pública. Mientras la pandemia mundial de COVID-19 continúa, el personal sanitario es más necesario que nunca para garantizar el acceso y la seguridad en la prestación de servicios de salud esenciales.
Es difícil imaginar el estrés y el miedo que experimentan las enfermeras de Myanmar mientras cumplen con su deber profesional en estos tiempos. Nuestro corazón está con ellas, con sus colegas sanitarios y con los pacientes a los que atienden.
El CIE condena firmemente toda forma de violencia contra las organizaciones del ámbito sanitario y su personal puesto que ponen en peligro la salud y los derechos humanos de la población de Myanmar y constituyen una violación de las convenciones de Ginebra. La salud es un derecho humano universal legalmente vinculante para los gobiernos que ha de respetarse incluso en situaciones de inestabilidad y conflicto. Además, las enfermeras se rigen por normas éticas, en particular por el Código deontológico del CIE para la profesión de enfermería que establece cuatro responsabilidades fundamentales:
El Código del CIE establece que la necesidad de enfermería es universal y que, por tanto, se ofrece a todas las personas independientemente de su edad, color, credo, cultura, discapacidad o enfermedad, género, orientación sexual, nacionalidad, opiniones políticas, raza o condición social. Ni que decir tiene que todo ello también se aplica a la prestación de servicios sanitarios imparciales a la totalidad de la población de Myanmar.
El Convenio sobre el personal de enfermería de la Organización Internacional del Trabajo establece que los gobiernos deben garantizar la salud y la seguridad de las enfermeras. Es una norma internacional que hay que respetar independientemente del clima político del momento.
Es difícil saber con exactitud lo que está ocurriendo en Myanmar en la actualidad pero seguro que las enfermeras están trabajando para promover la salud, proteger a los enfermos y apoyar a sus comunidades desplegando todas sus habilidades.
El CIE condena junto con la comunidad internacional todo acto de violencia contra las enfermeras y el personal sanitario e insta a su respeto y protección. Cinco años después de la Resolución 2286 aprobada por Naciones Unidas condenando con firmeza los ataques contra instalaciones y personal médico en situaciones de conflicto, el CIE advierte que debe aplicarse y adoptarse en su totalidad para prevenir situaciones de violencia contra la atención de salud y proteger la prestación de servicios sanitarios.
El CIE insta al gobierno de Myanmar, independientemente de la forma que adopte, a cumplir con sus obligaciones internacionales en relación con la salud y el bienestar de su preciado personal sanitario."
Howard Catton, Director General, Consejo Internacional de Enfermeras