Cuando los líderes del G20 van a reunirse este fin de semana a la sombra de la pandemia de COVID-19, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) les pide que se comprometan claramente a invertir en las enfermeras, el personal sanitario y los sistemas de salud por el bien de la humanidad.
La pandemia ha ejercido una presión y tensión sin precedentes en nuestros sistemas de salud, además de poner de relieve hasta qué punto las enfermeras son fundamentales para la salud de todos nosotros y nuestra capacidad de vivir nuestra vida con libertad y prosperidad.
El Director General del CIE Howard Catton ha declarado: “La reunión de líderes mundiales que se va a celebrar este fin de semana debe sentir las manos de los trabajadores sanitarios sobre sus espaldas; miles de ellos han dado su vida para cuidar de los demás durante la pandemia. El mundo sigue asolado por el virus y los líderes del G20 han de unirse en solidaridad por la seguridad de la humanidad, por todos los trabajadores sanitarios y cuidadores y por la seguridad global.
Está claro que la falta de inversiones en el personal de enfermería y sanitario en todo el mundo ha provocado que nuestros sistemas de salud no estuvieran preparados para esta pandemia y estas personas son quienes han sufrido las consecuencias más directamente en forma agotamiento, abusos, agresiones, contagios y, trágicamente, también fallecimientos. Ahora es el momento de que nuestros líderes políticos actúen para mostrar su apoyo, pero no aplaudiendo. La historia les juzgará por sus acciones.
El éxito de un programa de vacunación global depende tanto del personal que lo implementa como de la vacuna en sí. Las enfermeras se encuentran a la vanguardia en la administración e implementación de los programas de inmunización en todo el mundo y saben que es mucho más que un pinchazo en el brazo. Las personas pueden tener dudas, preguntas y trasladar otras inquietudes. Precisamente por todas estas razones, los líderes de enfermería han de participar en cada parte de la estrategia para la administración de las vacunas y las propias enfermeras han de tener prioridad para vacunarse. Tenemos que cuidar de los cuidadores.”
No existe una panacea y la puerta de salida de la pandemia mundial permanecerá cerrada si las enfermeras y los trabajadores sanitarios no son objeto de inversiones y apoyo en todas partes.
Además de estos pasos fundamentales inmediatos, el G20 ha de mostrar visión a largo plazo y aprovechar la oportunidad para reconstruir nuestros sistemas de salud a partir de las cenizas de la pandemia, con las enfermeras y las enfermeras líderes en el corazón de los mismos. También debe demostrar su compromiso con la educación de enfermería y los sueldos justos, lo cual atraerá a más personas a la profesión en un momento en que padecemos una escasez de seis millones de enfermeras. Entramos en esta pandemia con una fuerza laboral reducida, con una escasez superior al 20%, uno menos por cada cinco, incluso antes de la mayor emergencia sanitaria a la que el mundo se ha enfrentado nunca, algo que no se puede permitir que suceda de nuevo.”
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