Autor: Besarta Taganoviq, Decana del Departamento de Enfermería, Universidad de Heimerer, Kosovo*
La COVID-19 ha afectado a la vida y la salud de cientos de millones de personas en todo el mundo.
En Kosovo, el virus ha afectado especialmente al sistema sanitario, que ya padece graves carencias en términos de infraestructura y recursos humanos. Además, la COVID-19 inevitablemente ha afectado a la seguridad de los profesionales sanitarios, en particular a las enfermeras, que han luchado en las primeras líneas para salvar la vida de los afectados por el virus.
Desde el 13 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer caso de COVID-19 en Kosovo, el número de pacientes contagiados ha aumentado considerablemente. El servicio de salud se ha concentrado acertadamente en la situación crítica de la pandemia, lo cual ha causado, tal y como cabía prever, que otros servicios padecieran un cierto grado de abandono.
Uno de los principales retos a los que se han enfrentado los sistemas sanitarios secundarios durante la pandemia de COVID-19 ha sido la dificultad de realizar terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP). A las enfermeras con poca o ninguna capacitación profesional preliminar en la administración de este tratamiento se les ha pedido que lo aplicaran por primera vez durante la emergencia de la pandemia. Los datos recopilados por servicios sanitarios de todo el país donde los pacientes habían sido hospitalizados con COVID-19 y tratados con CPAP indican que tenían 30 o mas años. Dependiendo de la gravedad de los síntomas de los pacientes y su estado de salud, han recibido tratamiento con CPAP hasta 10 días. En función de las necesidades del paciente, los aparatos de CPAP administran hasta 150 litros de oxígeno, seguido de terapia médica. La finalidad de esta terapia es elevar el nivel de saturación de oxígeno en el organismo, lo cual puede incrementar la probabilidad de un tratamiento más rápido y más eficiente. El tratamiento con CPAP por primera vez en Kosovo durante la pandemia de COVID-19 es un gran hito en el desarrollo de la atención de salud en el país. La novedad y la relativa falta de familiaridad con esta terapia por parte del personal sanitario kosovar ha requerido, por un lado, un mayor periodo de adaptación mientras que por otro lado ha ofrecido la oportunidad de desarrollar la flexibilidad y la capacidad de adaptarse más rápidamente a otros tratamientos nuevos en el futuro. La terapia CPAP se aplica a pacientes que, a causa del virus, presentan dificultades respiratorias o complicaciones generales del sistema respiratorio.
La respuesta a la pandemia de COVID-19 en Kosovo ha aumentado la sensibilización sobre el papel que juegan las enfermeras y su importancia en la atención al paciente. Antes, se consideraba que las enfermeras desempeñaban una función auxiliar a los médicos y normalmente no participaban en el proceso de toma de decisiones sobre el tratamiento de los pacientes. Durante la pandemia de COVID-19, las enfermeras han demostrado el papel clave que desempeñan en la prestación de servicios de salud y han comenzado a tener más peso en el proceso de toma de decisiones sobre el tratamiento de los pacientes. Han demostrado el valor que pueden añadir a la prevención, gestión y control de las enfermedades infecciosas. Durante la crisis de la pandemia, las enfermeras en Kosovo han utilizado y ampliado sus habilidades profesionales incorporando la práctica basada en la evidencia al tratamiento del paciente. Han sostenido a los pacientes y sus familias prestando cuidados de alta calidad a todos ellos, también a aquellos que no estaban contagiados de COVID-19, aplicando un enfoque holístico y respetando al mismo tiempo los valores y creencias de los pacientes. Una vez más, las enfermeras han confirmado los valores de su profesión demostrando claramente lo indispensables que son y los cuidados que prestan en el sistema sanitario.
A nivel nacional, existe la necesidad urgente de regular la profesión de enfermería mediante el desarrollo del programa para enfermeras de práctica avanzada (EPA) que permitiría el establecimiento de especializaciones y perfiles de competencias en estos campos. La figura de la EPA también permitiría que las diferentes profesiones sanitarias fueran más competentes en sus funciones y responsabilidades clave que se esperan de ellas en el sistema de salud e incrementaría la gestión eficaz y eficiente del equipo, así como la calidad de los servicios sanitarios, minimización de costes, entornos de trabajo que ofrezcan el apoyo necesario, y la promoción de la propia profesión de enfermería. Como consecuencia, se espera reducir el elevado y predominante número de enfermeras que abandona la profesión en el país.
*Todas las referencias a Kosovo se deben entender en el contexto de la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.