El estigma que acompaña a un diagnóstico de lepra hay que afrontarlo actuando en toda la comunidad, donde las enfermeras pueden desempeñar un papel importante.
La lepra es una enfermedad que conlleva una extraordinaria carga de estigma. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las actitudes negativas hacia las personas afectadas por este mal, también conocido como enfermedad de Hansen, representan una gran barrera para su detección temprana con el fin de detener las deformidades y discapacidades que provoca y prevenir su difusión.
A pesar del progreso realizado en los últimos años, aún se producen unos 200 000 nuevos casos de lepra cada año. Más de la mitad tienen lugar en la India, aunque su número también es elevado en otros lugares del Sudeste Asiático, Brasil, África Subsahariana y el Pacífico.
Con ocasión del Día Mundial contra la Lepra, la Directora Regional de la OMS para Asia Sudoriental, Dra. Poonam Khetrapal Singh, ha instado a los países afectados por esta enfermedad a fortalecer y ampliar sus principales intervenciones en materia de salud pública cuyo éxito ha quedado demostrado.
El Director General del CIE, Howard Catton, ha afirmado que las enfermeras, muchas de las cuales trabajan en atención primaria, se encuentran en una posición ideal para contribuir a minimizar las consecuencias de la lepra y facilitar que los pacientes vivan una vida plena.
El Sr. Catton ha declarado: "Las enfermeras tienen una posición fuerte en todo el mundo para contribuir a que los pacientes de lepra accedan a un tratamiento temprano y prevenir así las consecuencias debilitantes de esta enfermedad a largo plazo. También pueden trabajar con las comunidades en la formación de los ciudadanos para reducir el estigma y las desventajas que hacen que este mal sea más debilitante de lo necesario."
Asimismo, ha afirmado que las enfermeras se han distinguido a lo largo de la historia por cuidar de personas rechazadas por las sociedades en las que viven, citando el ejemplo de las enfermeras austriacas Marianne y Margaritha. Hay una campaña en marcha para su nominación al Premio Nobel de la Paz por su esfuerzo desinteresado para cuidar de leprosos en Corea, sin cobrar, durante 39 años.
El Sr. Catton ha añadido: "Marianne y Margaritha han dedicado sus vidas a servir a otras personas menos afortunadas que ellas. Lo suyo ha sido un enorme acto de humanidad, de cuidar y de compasión, pero por encima de eso rompieron los tabúes de aquella época. No se nos ocurre mejor forma de reconocimiento de la enfermería y su contribución a la humanidad que lograr que dos enfermeras maravillosas tengan el honor de recibir el Premio Nobel de la Paz en el Año de la Enfermera."
Haga clic aquí para ver el vídeo del Sr. Catton apoyando la nominación de Marianne y Margaritha para el Premio Nobel de la Paz
Para más detalles sobre la campaña de recogida de un millón de firmas para la nominación de Marianne y Margaritha al Premio Nobel de la Paz, visite mm.kna.or.kr
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