La Presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), Dra. Pamela Cipriano, ha hablado con ocasión de una audiencia crucial de las Naciones Unidas (ONU) previa a su 20ª reunión de alto nivel prevista el 20 de septiembre sobre preparación, prevención y respuesta ante pandemias.
Hablando en nombre de los 28 millones de enfermeras en el mundo, la Dra. Cipriano ha afirmado que es esencial reflexionar sobre el impacto de la pandemia en la profesión. Ha destacado el enorme coste de la pandemia de COVID-19 para la salud física y mental de los trabajadores sanitarios en todo el mundo puesto que ha infectado a millones y provocado la muerte de más de 180 000 de ellos.
La Dra. Cipriano ha declarado: “como resultado, vemos niveles alarmantemente elevados de estrés y agotamiento en las enfermeras en todo el globo, y este agotamiento excesivo junto con el envejecimiento de la fuerza laboral de enfermería y la escasez ya existente de seis millones de enfermeras, la mitad de las cuales en nuestras naciones africanas, han proyectado una carencia de hasta 30 millones para 2030.
Los trabajadores sanitarios han dado un paso al frente para afrontar la COVID poniendo sus vidas en peligro pero tenemos que preguntarnos: ¿estarán ahí la próxima vez?”
La Dra. Cipriano ha instado a que la Declaración de la ONU, que se publicará tras la reunión de alto nivel, trate una serie de cuestiones, en particular la inversión en puestos de trabajo, formación, liderazgo y práctica de la enfermería, así como la protección de las enfermeras proporcionándoles condiciones de trabajo seguras, el nombramiento de enfermeras para puestos ejecutivos en todos los órganos de toma de decisiones de las organizaciones sanitarias y los gobiernos y un nuevo enfoque de los sistemas de salud hacia los cuidados basados en la comunidad y orientados hacia la prevención.
La Dra. Cipriano ha afirmado que los sistemas sanitarios han de ser resilientes para no fallarles a las enfermeras en el futuro. “Las enfermeras son la clave para tener comunidades más sanas, sociedades con capacidad de reacción, economías prósperas y naciones poderosas. Su conocimiento y experiencia son fundamentales para abordar todo tipo de situaciones desde la prevención primaria hasta las emergencias sanitarias.
No debemos olvidar sus sacrificios durante la pandemia, sino todo lo contrario, necesitamos que los gobiernos valoren las contribuciones de las enfermeras y otros, y les asciendan a puestos donde puedan influenciar más directamente las políticas sanitarias y asegurarse de que no tengan que enfrentarse nunca más a una pandemia mortal sin el cuidado, apoyo y protección que se merecen”.
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