Durante el Congreso del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), el CIE puso de relieve cifras sorprendentes que demuestran tanto el poder económico de la atención como la explotación económica que está en el centro de la migración desigual de las enfermeras.
Los últimos datos sugieren que miles de millones de dólares se transfieren de los países más pobres del mundo a los más ricos, debido a que los países ricos se ahorran los costes de formación de enfermeras contratando personal en el extranjero y luego no compensan a los países de donde proceden.
El presidente del CIE, el Dr. José Luis Cobos Serrano, señaló: "La contratación ética es vital para la equidad y la justicia sanitarias en todo el mundo. Aunque el CIE apoya el derecho individual de las enfermeras a emigrar, sabemos que los países en desarrollo vulnerables están perdiendo cientos de miles de enfermeras, a menudo debido a la contratación agresiva por parte de los países ricos. Así lo demuestran los datos del nuevo informe sobre el estado de la enfermería en el mundo (SOWN) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el cualcasi una cuarta parte del personal de enfermería de los países de altos ingresos ha nacido en el extranjero.
No podemos privar a unos países de unos valiosos recursos humanos sanitarios para abastecer a otros.El CIE insta a los Estados de renta alta a romper estos patrones de desigualdad y a comprometerse con una planificación sólida y autosuficiente de la mano de obra y con una contratación ética, que incluya mecanismos para compensar justamente a las naciones en desarrollo por la mano de obra esencial que han invertido en formar.”
Howard Catton, director general del CIE, subrayó el duro peaje económico que la contratación no ética supone para los países en desarrollo:
Los países ricos se están llevando al personal de enfermería que tanto necesitan de países frágiles que ya sufren escasez, embolsándose en esencia el dinero que los países de bajos ingresos han gastado en formar a ese personal, y las asociaciones nacionales de enfermeras (ANE) de esos países de origen me han dicho que la compensación económica es nula o muy escasa. Si se les compensa, nos dicen que estos países en desarrollo reciben una miseria a cambio de las valiosas enfermeras en cuya formación han invertido, en algunos casos 1.000 dólares por enfermera, una suma ínfima que ni se acerca a compensarles proporcionalmente por lo que están perdiendo.
Se trata de una forma de prestidigitación por parte de los países ricos, que compensan enormes cantidades contratando intencionadamente a nivel internacional en lugar de pagar para formar y retener a sus propios profesionales de enfermería.
Por ejemplo, los nuevos datos muestran que Canadá, uno de los principales países contratantes, ha evitado más de 1.000 millones de dólares canadienses en costes de formación contratando personal sanitario de países de renta baja y media. Si sumamos lo que los diez principales países contratantes se ahorran en costes de formación al contratar personal sanitario de países en desarrollo, es probable que estemos hablando de decenas de miles de millones, es decir, decenas de miles de millones transferidos de los países más ricos del mundo a los más pobres, con muy pocas pruebas de que los países de origen estén obteniendo algo a cambio.
Es difícil no concluir que se trata de un timo mundial de la enfermería.”
La crisis internacional de contratación refleja una distorsión más amplia del verdadero valor de las enfermeras.
En el reciente Congreso del CIE celebrado en Helsinki, los asistentes escucharon que los modelos del Foro Económico Mundial (FEM) muestran un retorno de 3,1 billones de dólares en PIB por la inversión de 1,3 billones de dólares en puestos de trabajo de enfermería y sociales sólo en Estados Unidos.
El trabajo del CIE ha demostrado continuamente que las enfermeras son la clave para mejorar la salud de la población, lograr el crecimiento económico y hacer frente a los retos sanitarios, desde el clima y los conflictos hasta la resiliencia ante las pandemias. Sin embargo, los dirigentes siguen sin invertir en la creación de una fuerza de trabajo sostenible y equitativa, y la escasez de enfermeras sigue siendo una emergencia sanitaria mundial.
Comentó Catton:
"Puede parecer que los políticos no conocen el valor de los profesionales de enfermería, pero en realidad, quizá sí. De hecho, los dirigentes entienden tan bien el valor de la enfermería que utilizan a las enfermeras como moneda política: justifican el no gastar en otras áreas diciéndonos cuántas enfermeras podrían contratar en su lugar, pero luego siguen tomando las decisiones equivocadas.
Todo es cuestión de prioridades. Es comprensible que el mundo se centre actualmente en la defensa, pero el precio de un avión bombardero furtivo encubriría el presupuesto anual de 2.000 millones de dólares de la OMS, como señaló recientemente el Dr. Tedros Adhanom, director general de la OMS, o podría financiar a 100.000 enfermeras. Tenemos que encontrar el equilibrio entre defensa y sanidad y reconocer que ambas son cuestiones de seguridad nacional y mundial, y que no se puede elegir la sanidad sin elegir también la enfermería.”
El mensaje del CIE es sencillo: si usted toma, debe devolver.
El presidente del CIE, Dr. Cobos Serrano, dijo:
"Cualquier país que quiera ser considerado ético debe ofrecer reciprocidad y una retribución real y proporcional cuando acepte trabajadores sanitarios del extranjero.
Si los países ricos están ahorrando miles de millones, ¿por qué no pueden reinvertir una parte de esas ganancias en un fondo mundial para reforzar la formación de enfermeras en los países de origen? Sabemos que los países en desarrollo gastan más en el servicio de la deuda que en la totalidad de sus presupuestos de asistencia de salud o educación. ¿Por qué los países ricos no condonan parte de la deuda soberana que tienen con ellos los países cuya mano de obra están esquilmando?
Necesitamos urgentemente un Código de prácticas mundial de la OMS sobre contratación internacional de personal de salud reforzado, con compromisos vinculantes para compensar adecuadamente a los países en desarrollo por el personal sanitario que están perdiendo. De lo contrario, se corre el riesgo de que el Código sólo permita al país que contrata "tomar" y no apoye ningún "dar" compensatorio.
El CIE también hace un llamamiento a los dirigentes para que aborden urgentemente las condiciones de trabajo inadecuadas, la escasa remuneración y la falta de protección de las enfermeras contra la violencia, en gran parte de género, que están perpetuando la escasez y alimentando estos modelos de migración no equitativa de las enfermeras y de contratación internacional no ética.”