La Universidad de la Ciudad de Dublín ha conferido un doctorado honorario a la Presidenta del CIE Annette Kennedy por su liderazgo del personal de enfermería global.
De esta forma, se suma a una ilustre lista de personas que han recibido el premio de Doctor de Filosofía de esta universidad entre los que se encuentran el ex Presidente de EE.UU. Bill Clinton, la ex Presidenta de Irlanda Mary Robinson y el poeta y dramaturgo Premio Nobel Seamus Heaney.
En la mención para el galardón se elogia el liderazgo de la Sra. Kennedy a lo largo de su carrera de enfermería y su capacidad de reunir y empoderar a las personas.
También señala su aportación a la atención de salud, en particular como miembro de la influyente Comisión Independiente de Alto Nivel de la Organización Mundial de la Salud sobre las Enfermedades no Transmisibles, y como miembro del Comité Asesor para la Implementación de Slaintecare con la función de aconsejar sobre cómo mejorar el sistema sanitario de Irlanda.
Al aceptar su doctorado honorario, la Sra. Kennedy ha declarado:
“Estoy encantada de aceptar este doctorado honorario en nombre de las enfermeras y parteras del mundo que han demostrado un valor extraordinario durante esta pandemia. Es un digno homenaje para los 27 millones de enfermeras que tengo el honor de representar, y deseo dar las gracias a la Universidad de la Ciudad de Dublín por haber liderado el camino hacia el reconocimiento de las enfermeras en estos momentos tan difíciles.
La pandemia ha demostrado el valor de las enfermeras, sus cuidados, su compasión, su competencia y sus habilidades de liderazgo. Las enfermeras ocupan una posición central para poner freno a la pandemia puesto que prestan el 90% de la atención directa. Han salvado muchas vidas, pero lamentablemente miles de ellas han sacrificado su propia vida durante la pandemia.
La investigación realizada por el CIE indica que el 80% de las enfermeras está padeciendo problemas de salud mental, agotamiento, depresión, trastorno de estrés postraumático y violencia relacionada con la COVID. Estimamos que harán falta unos 13 millones de enfermeras para cubrir la brecha de la escasez global de enfermería en los próximos años.
Es fundamental que los gobiernos actúen ahora para mitigar los riesgos de una mayor tasa de renovación de personal e incrementar la retención de enfermeras. Las inversiones, la mejora de los sueldos y las condiciones junto con el desarrollo de estrategias de retención son cuestiones esenciales si queremos salvar nuestros sistemas de salud global.
Si hemos aprendido alguna lección de esta pandemia es que necesitamos sistemas de salud fuertes y resilientes que estén preparados para lo desconocido y mantengan una sociedad sana. El hecho es muy sencillo: las personas sanas contribuyen a economías sanas.
El inmenso compromiso y valor que han demostrado las enfermeras durante 2020 y 2021 – Año de los Trabajadores de la Salud y los Cuidadores – me hacen ser optimista sobre el futuro. Insto a las enfermeras a aprovechar la oportunidad y hacer que sus voces se escuchen a pesar de los graves retos que tenemos ante nosotros.
Juntos, como sociedad, podemos superarlos. Podemos trabajar conjuntamente para construir un futuro mejor y un mundo mejor. He visto el valor de nuestras enfermeras y estoy impresionada: la enfermería está en buenas manos.
No podemos esperar a que lleguen las oportunidades, sino que hemos de generarlas. Según las palabras de la activista climática Greta Thunberg: ‘Nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia’.
Juntos, cada uno de nosotros, con nuestros 27 millones de colegas de enfermería, podemos cambiar el mundo. El futuro está en nuestras manos.”
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