Crédito de la foto: WFP/ Massoud Hossaini
A lo largo del último mes, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha estado en contacto con la Asociación de Enfermeras de Afganistán (ANA) en un momento en el cual el país se enfrenta a un periodo de gran incertidumbre y preocupación que afecta a las enfermeras y al sistema sanitario.
La semana pasada, el Director General del CIE Howard Catton ha tenido la oportunidad de hablar directamente con un grupo de enfermeras líderes afganas por videollamada. El Sr. Catton ha trasladado una vez más mensajes de solidaridad y apoyo de la Presidenta del CIE Annette Kennedy y la Junta del CIE. El mensaje claro de la Presidenta del CIE ha sido que en Afganistán, al igual que en cualquier otro lugar del mundo, las enfermeras y los enfermeros han de estar protegidos frente a la violencia y la discriminación y tener la libertad de trabajar en un entorno seguro, como parte de sus derechos humanos.
Las enfermeras líderes de la ANA presentes en la llamada han destacado la buena acogida de estos mensajes y la importancia para las enfermeras afganas de saber que sus colegas en todo el mundo piensan en ellas. Han querido compartir sus experiencias recientes y contar sus historias, que ilustran cómo las enfermeras por el hecho de ser mujeres se ven afectadas durante esta situación increíblemente difícil.
Le han comentado al Sr. Catton que el elevado nivel de incertidumbre bajo el nuevo régimen talibán está tensando aún más un sistema de salud ya bajo presión, un sistema al que ya le cuesta afrontar la COVID-19 y las graves alteraciones causadas por estos recientes acontecimientos. En el punto álgido de la pandemia, la falta de enfermeras formadas, en particular en unidades de cuidados intensivos donde muchas carecían de las habilidades técnicas avanzadas necesarias, ha agravado los graves retos a los que se enfrentan.
Las enfermeras líderes afganas han manifestado su temor porque la retirada de la ayuda internacional en las últimas semanas ya está afectando a las zonas más pobres del país y se está denunciando la escasez tanto de alimentos como de medicamentos en algunas comunidades. Se han recibido denuncias de que incluso en la capital, Kabul, el precio de los medicamentos ha aumentado en las farmacias privadas al agotarse la financiación internacional. Asimismo, han afirmado que 2 000 instalaciones de salud en todo el país, objeto de ayuda del Banco Mundial y otros financiadores internacionales, están en peligro si se detiene financiación, lo cual tendría un impacto catastrófico en el país y dejaría sin trabajo a numerosos profesionales de la salud. Algunas enfermeras ya han abandonado Afganistán tras la toma de control del país por parte de los talibanes, lo cual se suma a la fuga de cerebros y a la presión de las enfermeras que permanecen en él. La ANA ha pedido a los países que acogen a estas enfermeras que las apoyen y las incorporen a sus sistemas de salud. Ha puesto énfasis en que a la mayoría de las enfermeras que siguen en Afganistán les preocupa, por el hecho de ser mujeres, si tendrán trabajo en el futuro o si recibirán su sueldo.
Una de las enfermeras ha declarado "A causa de la caída del Gobierno de Afganistán, vivimos en la incertidumbre sin saber qué va a suceder mañana o en la próxima hora".
Las enfermeras consideran positivo que los talibanes hayan anunciado su gobierno, lo cual genera un cierto grado de estabilidad puesto que era preocupante que no hubieran anunciado el nombre del nuevo Ministro de Salud Pública y la falta de participación de las mujeres en la formulación de políticas.
En un país donde solo el 10-20% del personal de enfermería es femenino hay miedo de que a las mujeres se les nieguen oportunidades educativas y sean expulsadas de sus puestos de trabajo.
Una de las enfermeras ha afirmado "Tenemos casi 20 000 enfermeras en el país de las cuales unas 5 000 trabajan en hospitales gubernamentales y el resto en organizaciones privadas. Sin embargo, muchas están desempleadas y, en Afganistán, las enfermeras tienen pocas oportunidades de recibir educación superior. Para las enfermeras con diplomas es difícil conseguir una licenciatura y para aquellas con licenciaturas es difícil conseguir un máster. Las enfermeras, como mujeres, se enfrentan a una situación especialmente difícil por la falta de oportunidades que puede complicarse por los acontecimientos recientes".
Aunque el gobierno talibán ha afirmado que las trabajadoras sanitarias son libres de ir a trabajar, los representantes de la ANA le han dicho al Sr. Catton que la situación no estaba clara y que la evidencia recabada en los hospitales apunta a que algunos pacientes rechazan que les atiendan enfermeras por el hecho de ser mujeres. Han denunciado que un grupo de pacientes en un hospital ha dicho que el personal de enfermería femenino no debería estar trabajando. En otro caso, algunas enfermeras han tenido que huir de una unidad de emergencias por miedo después de que soldados armados entraran en las salas del hospital atemorizando a los pacientes.
Un avance muy positivo ha sido que el Consejo de Enfermeras y Parteras de Afganistán (ANMC) sigue pudiendo registrar a más enfermeras estableciendo objetivos claros y trabajando intensamente para mantener en funcionamiento el sistema de registro de enfermería.
El Director General del CIE ha afirmado que había que elogiar tanto a la ANA como al ANMC por diseñar estrategias para abordar los problemas clave a los que se enfrenta la profesión, en particular acceso a formación, construcción de capacidades y estandarización del servicio de enfermería. Las enfermeras líderes han pedido el apoyo continuado del CIE para la defensa de derechos, cuestiones de género, desarrollo de la carrera profesional y formación, así como para liderazgo. Han instado a la comunidad internacional de enfermería a continuar con su firme labor de defensa y a mostrar su apoyo a la educación superior en Afganistán, en especial a las licenciaturas, másters y doctorados.
Las enfermeras líderes afganas han instado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a colaborar con programas de educación superior en línea para colmar la brecha en el país y a proporcionar becas de enfermería. También han pedido a las organizaciones globales que inviten a las enfermeras afganas a participar en conferencias internacionales de enfermería para mejorar el nivel de la profesión en el país. El Sr. Catton ha respondido asegurando a las enfermeras líderes que el CIE se aseguraría de que las enfermeras afganas pudieran participar en el próximo Congreso virtual del CIE en noviembre para dirigirse directamente a los demás asistentes y compartir sus historias. Asimismo, ha añadido que el CIE está en contacto con la OMS y seguirá trabajando a través de las agencias internacionales para apoyar a la profesión en Afganistán.
Por último, el Sr. Catton ha dado las gracias a las enfermeras en la llamada, que ha puesto de relieve el valor de mantener una comunicación estrecha con la ANA, y ha ofrecido el apoyo continuado de toda la familia del CIE durante estos tiempos complejos e inciertos.
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