El proyecto del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) sobre la tuberculosis, que ha durado más de 15 años y ha finalizado este año, ha sido responsable de la enorme expansión de las enfermeras especializadas en esta enfermedad que han cambiado la vida de los pacientes y sus familias.
Un nuevo informe del CIE, que detalla la labor de su proyecto, describe cómo ha formado a enfermeras en 18 países en tres continentes en la lucha contra esta enfermedad prevenible que infecta a 10 millones de personas cada año y que lamentablemente provoca la muerte de 1,5 millones.
A lo largo de los 15 años de duración del proyecto, en el ámbito de la Alianza Lilly MDR-TB, se han formado 2 318 enfermeras en el cuidado y el tratamiento de personas con tuberculosis y tuberculosis multirresistente a los fármacos.
Cabe resaltar que estas enfermeras expertas se han convertido en instructoras y han transmitido su conocimiento y habilidades a casi 180 000 enfermeras, médicos, trabajadores sanitarios afines y miembros de la comunidad, incrementando así extraordinariamente el número de trabajadores sanitarios capaces de ayudar a millones de personas que padecen esta enfermedad debilitante y mortal.
El proyecto ha provocado una enorme reducción del estigma en relación con los pacientes de tuberculosis, ha incrementado la detección de casos y ha mejorado la educación de los pacientes, sus familias y comunidades brindando además apoyo psicológico. Y lo que es más importante aún, ha generado una mejor adherencia al tratamiento que salva la vida y que a menudo es desagradable y difícil de tolerar.
La Presidenta del CIE Annette Kennedy ha declarado: “Este proyecto ha cambiado la vida de millones de personas y sin duda ha salvado un número incontable de vidas. Gracias a los esfuerzos de sus directoras Carrie Tudor y Gini Williams y de todas las enfermeras que han recibido la formación, hemos ampliado enormemente la capacidad global de los sistemas de atención de salud para prevenir la propagación de la tuberculosis y prestar cuidados y tratamiento apropiados para esta enfermedad.
Aunque el proyecto haya finalizado, estoy segura de que su legado seguirá vivo puesto que las enfermeras que han recibido la formación correspondiente en los últimos 15 años, y todos los trabajadores sanitarios que estas han formado, seguirán con su labor combatiendo el azote de la tuberculosis.”
La Directora del Proyecto Carrie Tudor ha declarado:
“Las enfermeras desempeñan un papel fundamental en la mejora de la detección de casos, poniendo en marcha a los pacientes para que reciban un tratamiento adecuado, prestándoles apoyo continuado y mejorando los resultados de los tratamientos. Pero necesitan conocimientos e instrumentos para desempeñar el trabajo que se les requiere porque si no es así no ganaremos la batalla contra la tuberculosis. Este proyecto ha demostrado que cuando se fortalece la capacidad de las enfermeras, y estas están informadas y motivadas, realizarán mejoras en su práctica cotidiana y compartirán su conocimiento. Esperamos que las enfermeras sigan teniendo oportunidades de formación y capacitación. Sin enfermeras no podremos poner fin a la tuberculosis.”
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