Los responsables de investigación

Intro

En las últimas décadas, la esperanza de vida en gran parte del mundo desarrollado ha aumentado constantemente. En Estados Unidos, una persona de 65 años puede esperar razonablemente vivir hasta los 80 años. Aunque esto es digno de elogio, una población de más edad también implica una mayor necesidad de asistencia sanitaria y apoyo, lo que puede suponer una enorme carga económica y de tiempo para las sociedades y las personas. Va a ser fundamental encontrar formas de garantizar no sólo que vivamos más, sino también que esa vida sea gratificante y saludable. Y aquí, el campo de la investigación en enfermería tiene un papel fundamental que desempeñar.

A menudo se considera que la enfermería es una profesión asistencial, que se ocupa de los enfermos y las personas vulnerables y cumple las instrucciones de los médicos. Sin embargo, el papel de las enfermeras en el avance de la atención al paciente es mucho más amplio que eso. Una comunidad mundial de investigadores interdisciplinares participa en proyectos innovadores que adoptan un enfoque holístico de la atención al paciente, teniendo en cuenta no sólo la enfermedad o el estado de salud, sino a la persona en su totalidad, su estilo de vida, su comunidad y sus necesidades sociales y emocionales.

La Escuela de Enfermería de la Universidad de Minnesota es una de las voces más destacadas en esta investigación. Su personal y sus estudiantes, así como sus antiguos alumnos de todo el mundo, trabajan en proyectos innovadores cuyo objetivo es abordar los verdaderos retos de la enfermería y la atención sanitaria a los que se enfrenta la sociedad, como la reducción del riesgo de derrames cerebrales y caídas, la lucha contra el creciente problema de la demencia en una población que envejece y la exploración de cómo la atención plena puede ayudar a las personas a hacer frente a enfermedades crónicas.

La investigación en enfermería no consiste en ser una extensión de los médicos", afirma la Dra. Niloufar Hadidi, enfermera de práctica avanzada y profesora asociada de la Universidad de Minnesota. "Es una disciplina en sí misma", que fusiona la ciencia de la enfermería con la investigación y la recopilación de datos para "proporcionarnos una base que nos permita ayudar a la persona en su totalidad".

"Y afecta a muchas personas diferentes dentro de la familia y de la comunidad sanitaria. Los costes sanitarios de la demencia, sobre todo de la enfermedad de Alzheimer, son asombrosos". Sin cura conocida, la intervención precoz es fundamental para ralentizar el avance de la enfermedad de Alzheimer. Los estudios sugieren que retrasar cinco años la aparición de la enfermedad de Alzheimer podría ahorrar, sólo en Estados Unidos, unos 258.000 millones de dólares (195.000 millones de libras) de aquí a 2040.

Es bien sabido que la actividad física y cognitiva son vitales para evitar el deterioro cognitivo, pero se sabe menos sobre los beneficios de hacer ambas cosas al mismo tiempo. Salisbury ha recurrido a su formación en kinesiología (el estudio del movimiento humano) y a la experiencia en investigación de enfermería de Minnesota para desarrollar el innovador estudio Exergame, que utiliza técnicas de investigación de enfermería para explorar precisamente esa idea.
técnicas de investigación en enfermería para explorar precisamente esa idea.

Su equipo de la UMN ha reclutado a 40 participantes de 65 años o más -la mayor tiene 91- que declaran tener algún grado de deterioro cognitivo subjetivo. En sesiones regulares durante tres meses, se les pide que monten en una bicicleta estática mientras navegan virtualmente por un paisaje en una tableta, resolviendo periódicamente los enigmas que van apareciendo. A continuación se evalúan su forma física y su cognición y se comparan con grupos de control.

Los primeros indicios sugieren que Exergame está ayudando a reducir algunas de las barreras sociales o emocionales que impiden a las personas hacer ejercicio. "Nuestros participantes tienen cosas muy buenas y positivas que decir sobre nuestro personal y nuestras intervenciones, sobre cómo mejoran su vida diaria", dice el Dr. Salisbury. Pero también esperan que los beneficios cardio-respiratorios y cognitivos aumenten, lo que podría tener una repercusión significativa en el mundo real. en el mundo real.

"Cuanto más tiempo podamos vivir sin enfermedades, mejor será nuestra calidad de vida a largo plazo", afirma el Dr. Salisbury. "Creo que la investigación en enfermería está en primera línea y que puede tener un impacto positivo en nuestras comunidades".

"Luego, en mi práctica de enfermería, vi a mucha gente sufrir caídas", dice.
Según datos oficiales, las caídas son la principal causa de muerte por lesiones en personas mayores de 65 años en Estados Unidos, y generan 50.000 millones de dólares de gastos sanitarios al año. Pero la Dra. McMahon afirma que las caídas no tienen por qué ser una parte inevitable de la vida de los ancianos, un grupo al que llama "nuestros preciosos mayores". Los consejos para prevenir las caídas no suelen llegar a quienes más los necesitan.

Las personas mayores con riesgo de caídas pueden recibir mucha información de su médico o enfermera, sobre todo acerca del ejercicio, pero la Dra. McMahon cree que, como ocurre con cualquier cambio de comportamiento o estilo de vida, los pacientes se enfrentan a muchas barreras y dificultades cuando quieren aumentar su actividad física. En el centro de su investigación está la búsqueda de formas de ayudar a los pacientes a superar estas barreras.

Como enfermera, la Dra. McMahon tuvo la intuición de pensar en la experiencia del paciente. Así que su investigación empezó simplemente escuchando a las personas mayores y creando grupos en los que pudieran hablar de sus experiencias con los médicos y de los consejos que habían recibido para prevenir las caídas y por qué no les habían funcionado.

"Los participantes en algunos de nuestros grupos de investigación aprenden mucho en colaboración para procesar, comparar experiencias y resolver problemas juntos", explica. Pueden hablar de las veces que han sonreído y asentido a su médico por cortesía, sabiendo que les costará seguir sus consejos, o compartir las formas en que han hecho malabarismos para mantenerse activos por su salud, evitando al mismo tiempo el riesgo de caerse.

"Uno de nuestros estudios demostró que las estrategias que implican interacción -interacción interpersonal con compañeros- ayudan a las personas a aumentar su actividad física más que las estrategias que no implican estas interacciones interpersonales", explica la Dra. McMahon. Esto le ha permitido desarrollar conjuntos únicos de estrategias interpersonales de cambio de comportamiento para ayudar a las personas a integrar ejercicios de reducción de caídas en su vida cotidiana, que actualmente está probando en el marco de un amplio estudio comunitario.

Los participantes afirman que el programa les ha cambiado la vida, dándoles el espacio y el apoyo necesarios para incorporar el ejercicio a su vida cotidiana, algunos por primera vez. Para algunos, el mero hecho de ser escuchados ha sido reconstituyente en sí mismo. Una mujer me dijo el otro día: "Estoy tan agradecida de que me hayan escuchado: estoy tan agradecida de que hayan acudido a nosotros [para hacer esta investigación]". Como personas mayores de la comunidad, nadie quiere oírnos", dice el doctor McMahon. "Cuando están en sus grupos y hablan, confían los unos en los otros. Eso tiene mucho peso".

Cuando se interesó por desarrollar estrategias de prevención del ictus para los afroamericanos -que tienen el doble de probabilidades de sufrirlo que los blancos- fue esencial implicar a la comunidad en el proceso de investigación.

El Dr. Hadidi y sus colegas interdisciplinarios empezaron por reclutar a trabajadores sanitarios de la comunidad con estrechos vínculos con la población local para que formaran parte de su equipo de investigación. Estos voluntarios trabajaron junto a los investigadores para ayudarles a entender cómo acercarse a la comunidad y qué barreras impedían a la gente acceder a los consejos sanitarios para prevenir el ictus y adoptarlos. 

"Generar confianza es una cuestión importante y un primer paso", explica el Dr. Hadidi. Los miembros de la comunidad le han contado que, en el pasado, los investigadores aparecían, los miraban y se iban, sin hacerles sentir mejor. Pero los trabajadores sanitarios han desempeñado un papel decisivo en las conversaciones que hemos mantenido con la comunidad", explica el Dr. Hadidi, ayudando a la gente a comprender el valor de compartir sus experiencias y utilizarlas para ayudar a los demás. Al final se reclutaron 54 participantes para los grupos de discusión, en los que se pusieron a prueba nuevas estrategias de concienciación sobre el ictus. El siguiente paso será formar un equipo de "campeones del ictus" voluntarios que continúen la campaña de salud cuando los investigadores se hayan marchado. "Queremos que hagan suyo el proyecto", explica Hadidi. "Así es como el proyecto se desarrolla exponencialmente".

La Dra. Hadidi afirma que implicar a la comunidad en su investigación le ha resultado gratificante y revelador, y ha empoderado a los participantes. Al escuchar a la comunidad y responder a sus necesidades, en lugar de asumir sus conocimientos, el equipo les demostró que tenían "puntos fuertes dentro de la comunidad, que podían tender la mano y formar parte de la solución".

En el caso de las personas mayores, el miedo a lesionarse puede incluso hacer que renuncien por completo a la actividad física, lo que en última instancia sólo puede empeorar sus problemas de salud subyacentes.

El Dr. Evans dice que a menudo los médicos se sienten frustrados porque los pacientes no siguen los consejos sanitarios que se les dan, incluso cuando es lo mejor para ellos. Por ejemplo, haciendo ejercicios específicos para aliviar el dolor. Su investigación explora cómo la atención plena -desarrollar una mayor conciencia de uno mismo y de la conexión entre la mente y el cuerpo- puede utilizarse como herramienta para ayudar a los pacientes a adoptar conductas positivas para controlar el dolor.

Es una forma de superar algunas de las barreras que impiden a los pacientes hacer cosas que son buenas para su salud y bienestar, y es una herramienta que les ayuda a ellos y a los médicos que quieren que sus pacientes hagan lo mismo. Así que tengo esperanzas".

La Dra. Chen aprovechó su fascinación personal por el antiguo arte del Tai Chi para investigar cómo animar a las personas mayores de Taiwán -cuya población envejece rápidamente- a mantenerse activas por el bien de su salud. Cuando empezó sus estudios en 1999, sólo encontró 40 artículos en todo el mundo sobre los beneficios del tai chi para la salud. "Por eso diseñé estudios rigurosos para comprobar realmente los resultados del tai chi y construir resultados basados en pruebas", explica. Durante las dos décadas siguientes, la doctora Chen se convirtió en una experta mundial en el desarrollo de prácticas y enseñanzas de tai chi y yoga dirigidas a las personas mayores y que funcionan con ellas, con mejoras demostrables en su salud.

Como todos los investigadores de enfermería, su trabajo no consiste en encontrar soluciones rápidas ni en poner parches a los pacientes y dejar que sigan con sus vidas. Se trata de comprender de verdad sus necesidades y ayudarles a introducir cambios graduales y manejables en su estilo de vida que den resultados duraderos y sostenibles. Como parte de su investigación, forma a voluntarios de la comunidad que pueden enseñar yoga y tai chi a personas mayores y, al ayudar a probar sus teorías y nuevos enfoques, pueden seguir enseñando cuando finalice el periodo de investigación. "Más allá de la investigación, esperamos que este programa forme parte de sus vidas", afirma. "Sea cual sea su estado de salud actual, todos ustedes tienen el potencial y la capacidad de promover o mantener su salud".

La Dra. Chen y los demás investigadores de enfermería están muy orgullosos de los resultados de su trabajo y de su contribución a la comunidad sanitaria mundial. También está agradecida a la red mundial de investigadores y a sus constantes innovaciones en favor de los pacientes. "La gente ve a las enfermeras como ayudantes: cuidamos de los pacientes, intentamos aliviar sus síntomas", explica la Dra. Chen. "Pero en realidad, la enfermería es una profesión, una verdadera profesión. No nos limitamos a obedecer las órdenes de los médicos". Los investigadores de enfermería tienen su propio papel, vital e independiente, añade. Todo ello contribuye a ayudar a los pacientes de todo el mundo a vivir más tiempo, más felices y más sanos.

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