Día Internacional de la Enfermera: Estudio de caso de la semana

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1 Diciembre 2020
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Día Mundial del SIDA: potenciando las competencias para prestar atención y tratamiento para el VIH a niños y adolescentes bajo la dirección de enfermeras y parteras

Autor: Winnie Shena, Kenya

IND HIV

Kenia es uno de los cuatro países con más carga de VIH en el África Subsahariana con aproximadamente 1,6 millones de personas afectadas y una baja cobertura de terapia antirretroviral. La elevada carga de VIH y SIDA en este país representa alrededor del 29% de la mortalidad adulta anual, el 20% de la mortalidad materna y el 15% de la mortalidad por los menores de cinco años de edad. La epidemia también ha tenido efectos negativos en la economía puesto que ha reducido un 4,1% la relación entre capital y producción. El 64% de los adultos y el 65% de los niños reciben terapia antirretroviral.

Al igual que la mayoría de países, Kenia sufre escasez de trabajadores sanitarios así que hace falta innovación alrededor de la fuerza laboral para garantizar la prestación de los servicios de VIH que tan necesarios son. Las enfermeras y las parteras son los trabajadores sanitarios en primera línea más accesibles para las poblaciones vulnerables y tienen la capacidad de adaptación necesaria para prestar servicios integrales a la población.

Este proyecto se ha desplegado en los condados de Homa Bay y Nairobi con el fin de potenciar las competencias de las enfermeras-parteras para prestar atención y tratamiento para el VIH a niños y adolescentes. Los servicios prestados por las enfermeras y las parteras en el centro de atención para el VIH abarcan: asesoramiento para pruebas diagnósticas de VIH en todas las cohortes; puesta en marcha del protocolo de tratamiento; prestación de servicios de cuidados agudos a las personas hospitalizadas que requieren una atención de enfermería más cercana; prestación de servicios de apoyo psicosocial a los tutores de los niños huérfanos, las parejas discordantes, los adolescentes VIH positivo y sus familias; trazabilidad de quienes no cumplen con el tratamiento; visitas a domicilio; movilización de la comunidad; prevención del estigma; y promoción general de estilos de vida saludables y prácticas sexuales seguras.

En 2016- 2017, se seleccionaron dos centros en los condados de Homa Bay y Nairobi por su elevada carga de VIH. La prevalencia del VIH en el condado de Homa Bay asciende al 26%, es decir 4,5 veces superior a la media nacional. El 22% de las personas que conviven con el VIH tienen una edad comprendida entre los 15 y los 24 años, y el 6% son niños de menos de 15 años de edad. El condado de Nairobi tiene una prevalencia de VIH comparable a la media nacional, siendo jóvenes el 14% de las personas que padecen VIH y niños menores de 15 años el 5%.

Las enfermeras han cursado un programa de mentorazgo clínico de 18 semanas utilizando un currículum por módulos de formación sobre el VIH establecido a nivel nacional que contempla conocimientos teóricos, sesiones presenciales interactivas con un mentor in situ, prácticas clínicas y exámenes modulares. Los datos se han analizado utilizando estadísticas tanto descriptivas como inferenciales para determinar los niveles de autoconfianza y autocompetencia tras la intervención.

La confianza general de las enfermeras en sí mismas ha aumentado significativamente desde la línea base del 60,6% hasta el 97,3%. Los niveles de competencia se han visto incrementados del 31,2% al 82%. El conocimiento sobre el VIH ha crecido desde el 66,1% hasta el 83,5%.

El proyecto también ha logrado disminuir la morbimortalidad en relación con el VIH y el SIDA junto con las frecuentes hospitalizaciones a causa de la aparición de infecciones. El asesoramiento y la movilización de la comunidad han reducido el estigma y han provocado una mayor revelación de la situación entre las parejas y las familias.

El mentorazgo clínico con una relación sostenida y una amplia transferencia de habilidades es una intervención clave capaz de cerrar considerablemente la brecha entre el conocimiento y la práctica incrementando al mismo tiempo la confianza y la competencia de las enfermeras en la prestación de atención de calidad en el ámbito del VIH. Integrado en un sistema de salud como estrategia para mejorar la calidad, el mentorazgo puede catalizar el proceso de mejora y fortalecer la práctica clínica.

El mentorazgo en el ámbito de la práctica brinda al mentor la oportunidad de comprender los grandes retos del entorno de la persona que lo recibe, así como de trabajar hacia una solución práctica para dispensar cuidados de calidad. El mentorazgo de grupo permite que quienes lo reciben entiendan su papel en un equipo multidisciplinar demostrando claramente la contribución de cada miembro del mismo a la calidad de los cuidados prestados a las personas, las familias y las comunidades.

La autora desea agradecer las aportaciones de las siguientes organizaciones: Centro para el Control de Enfermedades de Kenia, Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR), Consejo de Enfermería de Kenia, Asociación Nacional de Enfermeras de Kenia, Universidad de Agricultura y Tecnología Jomo Kenyatta (JKUAT).