El 4 de abril ha marcado el comienzo de la Semana Mundial del Personal Sanitario. Este importante acontecimiento pretende incrementar el apoyo, agradecimiento y concienciación sobre el destacado papel que juegan los trabajadores sanitarios en todas partes. Sobre la base del Año Internacional de los Trabajadores Sanitarios y Asistenciales, también pone de relieve la necesidad de equipar mejor y dotar de más recursos a los profesionales de la salud, que son responsables de la prestación de servicios sanitarios en todo el mundo. Para ello, en parte hay que invertir en la formación de los trabajadores sanitarios actuales y futuros.
El CIE pretende aplaudir y promover la labor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su lanzamiento del Marco Global de Competencias y Resultados en aras de la cobertura sanitaria universal. Dicho marco, en cuyo diseño ha participado el CIE activamente, apoya la formación y capacitación de trabajadores sanitarios para mejorar el acceso a cuidados de alta calidad, seguros y asequibles.
El CIE ha estado abogando por la transformación de la formación de los profesionales de la salud al objeto de incorporar un planteamiento basado en competencias para los planes de estudios y centrado en las necesidades de salud y del sistema sanitario. La voz del CIE ha sido alta y clara, y no solo se refleja en dicho documento sino también en las Directrices Estratégicas Globales de la OMS para la Enfermería y la Partería que instan a los países a "Diseñar los programas educativos de manera que se basen en competencias".
La formación basada en competencias se centra en la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes con resultados medibles. Conlleva a ventajas para los proveedores de formación, reguladores, profesionales de la salud y el público puesto que mejora la eficiencia y la eficacia del aprendizaje, así como la preparación de los estudiantes para la práctica y, en última instancia, desemboca en mejores resultados de salud para los pacientes.
El CIE ha influido considerablemente en la elaboración del marco logrando que no se focalizara únicamente en un conjunto limitado de tareas, sino que contemplara un amplio abanico de competencias que apoyen la adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y rendición de cuentas que se requieren de una fuerza laboral de enfermería empoderada y en evolución.
El marco reconoce la naturaleza multidisciplinar de la atención de salud si bien diferencia entre los distintos niveles de autonomía en la toma de decisiones clínicas. Es de importancia fundamental tender en cuenta que las enfermeras tienen un mayor ámbito de práctica en todo el continuo de cuidados, con mayores habilidades de toma de decisiones clínicas y que, por tanto, no pueden ni deben ser sustituidas por otros trabajadores sanitarios con capacidades más limitadas.
El CIE ha liderado la elaboración de competencias, en particular mediante su apoyo a una de las pensadoras líderes en el mundo en este ámbito, la Profesora Kristine Gebbie. Kristine ha tenido una carrera larga y prestigiosa como enfermera, académica y profesional de salud pública. Es conocida sobre todo por haber sido la primera 'Czar' (responsable de alto nivel) para el SIDA en Estados Unidos en 1993.
Bajo su liderazgo, el CIE elaboró en 2019 las Competencias Centrales para la Enfermería de Catástrofes 2.0. Esta publicación fundamental no podría haber llegado en un momento más oportuno puesto ha servido de apoyo para proveedores de formación en todo el mundo justo antes de uno de los mayores desastres de nuestro tiempo: la pandemia de COVID19.
Buena parte de este trabajo se ha incorporado al Marco Global de Competencias y Resultados de la OMS en aras de la cobertura sanitaria universal. Deseamos felicitar a la OMS por la publicación de estas directrices puesto que ofrecen un estándar mínimo contra el cual poder juzgar la formación de los trabajadores sanitarios.
Nos encontramos en un momento en que los recursos están tensados y el acceso a los cuidados se ve amenazado. Al mismo tiempo, vemos avances rápidos en tecnología, cuidados cada vez más complejos y crisis sociales y humanitarias junto con un número insuficiente de enfermeras para satisfacer la demanda. El éxito en la consecución de la cobertura sanitaria universal comienza con inversiones en la fuerza laboral de enfermería, especialmente en quienes serán nuestros futuros proveedores de atención de salud.
Nosotros estamos con la OMS e instamos a todos los países a invertir en formación y reglamentación de enfermería, en particular en educación basada en competencias.
David Stewart es Director Asociado del CIE (Consultor), Políticas de Enfermería y Salud.